II JORNADA DE TITERES DE BOGOTA 2007
PONENCIA: ARTISTA O TITIRITERO
Edgar
Cárdenas
Director / Titiritero / Payaso
A-Garrapattta Títeres y Payasos
Objeto construido a partir del concepto del mensaje subliminal |
“¿Usted
estuvo aquí cinco años para ser artista o titiritero?”, me preguntó Raúl
Cristancho, profesor de pintura de la Universidad Nacional cuando entró al
salón donde yo presentaba mi tesis en Artes Plásticas “LA TITIRI-TRIADA”en el
año 2001. El prejuicio demostrado frente
al ser titiritero por parte del profesor, quien había sido director de la
Carrera de Artes Plásticas durante mis estudios en la universidad, confirmaba
rotundamente la postura no solo de la academia, sino de la mayoría de los
artistas plásticos hacía el mundo de los títeres. En parte fue esa postura frente a mi propio
ser artista plástico, el que me impulsó a hacer la tesis en títeres, y
dignificar el quehacer titiritero que había yo descubierto a través de las
artes plásticas.
Mi
tesis de grado, “LA TITIRI-TRIADA”, consistía precisamente en intentar
dilucidar y presentar al público, un proceso de transformación de un lenguaje
“convencional” escénico de títeres en un lenguaje plástico desde la animación
de objetos. Por esa razón, la tesis fue
un conjunto de tres obras que aunque independientes (se podían presentar
separadas o como una sola y funcionaban de ambas maneras), proponían el proceso
de transformación a través de su dramaturgia, técnicas de animación, y técnicas
de apoyo. Las tres obras que conformaron
“LA TITIRI-TRIADA” fueron: “Una Babosa
Historia”, “La Fuente Eterna” e “Independencia”. El diamante en bruto, para bien y para mal
del grupo en nacimiento, fue el no saber absolutamente nada del teatro de
títeres en ese momento, y surgir desde las artes plásticas como animadores de
objetos.
Grabado en Linóleo - “Cra.10 con Jimenez de Quesada", 1999 |
Por
eso, un factor que incidió significativamente en la configuración del lenguaje
de Mancha Mano Títeres desde ese momento, fue el hecho de que la transformación
que se quería presentar del lenguaje teatral de los títeres a un lenguaje
performativo de objetos, no contaba con antecedentes teóricos ni prácticos en
ninguno de nosotros…en pocas palabras, ni yo que era el director del proceso,
ni las demás personas realizando el trabajo sabíamos de títeres, más allá de
haber ido a algunas funciones esporádicas durante la infancia y una que otra
más adelante. La transformación como tal la hicimos partiendo de un imaginario
que teníamos de niños frente a los títeres, y de la experiencia adquirida
frente a la realización de imágenes bidimensionales, tridimensionales y
cuatridimensionales, a partir de diferentes técnicas en la universidad.
“LA
TITIRI-TRIADA” como obra surgía de la fusión de dos procesos creativos
diferentes: por un lado pinturas y grabados que pretendían crear la ilusión de
movimiento y por otro la construcción de objetos interactivos. Antes de llegar
a la idea final de la tesis, realicé trabajos de performance e instalación
sustentados desde el lenguaje plástico, y el cual comenzó a incluir conceptos
como objeto animado o títere, animación, y teatrino. La base para el trabajo
eran ciertamente las herramientas plásticas que sobre la imagen, fuese
bidimensional o tridimensional había adquirido y desarrollado durante la
carrera en la academia. Había que “traducir” las ideas de composición, color,
forma, ritmo, y concepto entre otras, desde el lenguaje plástico hacia el lenguaje
escénico de los objetos. Cabe decir que desde ese momento ya encontraba difícil
definir la frontera entre performance de objetos animados y obra de títeres.
Grabado en línóleo - Cóndor descendiendo, 2000 |
Tres babosas y el Caimán de “Una Babosa Historia" |
La
primera obra, “Una Babosa Historia”, fue el fiel reflejo de esta circunstancia
creativa donde se encontraban las artes plásticas y la animación de objetos en
un escenario de mucha improvisación y espontaneidad colectiva. Lo más claro (por no decir lo único) era la
intencionalidad frente a presentar a través de las tres obras con títeres, la
transformación de lo teatral hacia lo plástico desde la animación de objetos.
En esta primera obra se pretendía que la palabra o el texto hablado, fuera la
dominante para la composición de la imagen.
Los títeres protagonistas son objetos ready-made, es decir, cuatro
forros de palos de golf que actúan como forros de palos de golf que interpretan
a cuatro babosas rosadas en una historia dentro de la puesta en escena. Se pretendía no representar sino presentar a
los objetos como sí mismos y como personajes simultáneamente.
La Gran Cabeza Rosada de “Una Babosa Historia" |
Es
interesante añadir que como el grupo no tenía ninguna experiencia titiritesca
ni actoral, los personajes se construyeron a partir de los caracteres y las
personalidades de cada uno de nosotros. “Una Babosa Historia” fue la escuela del
grupo, pues su montaje resultó de la experimentación e improvisación durante
varios meses con un grupo de objetos que yo había recogido de la basura. La
obra resultó ser un juego creado desde el ser nosotros mismos a través de los
objetos, y los objetos a su vez, actuando a ser ellos mismos e interpretando
otros personajes. Tenían mucho para mí
de los ready-made de Marcel Duchamp pero en movimiento, siendo animados frente
a un público que se convertía en cómplice de la mentira evidente: ni los
objetos eran títeres, ni nosotros eramos titiriteros.
El
siguiente paso, “La Fuente Eterna”, pretendía presentar el texto y la acción
como imágenes separadas pero complementarias. Los personajes hablan en
jeringonza, traducidos al español con subtítulos proyectados sobre el teatrino
a través de diapositivas. Queríamos romper la unidad entre la fuente del sonido
y la voz del títere con el texto de la obra. Cual película subtitulada, el público debía priorizar a
cada instante entre la imagen o el texto (que era otra imagen), y fundirla él
mismo para completar la experiencia generada por la obra. Igualmente el orden
de las escenas se presenta a partir del azar, pues un espectador escogido lo
escogía sin saber previamente el orden lineal de la historia.
Anciano e Indígena se encuentran en la selva en “La Fuente Eterna" |
Al final llegan al páramo y encuentran la fuente de la eterna juventud |
La
tercer obra de la tesis, “Independencia”, fue ya el último paso en el proceso
de transformación, y fue un juego de imágenes sin texto entre objetos animados,
animadores (que sin teatrino se convertían en personajes), participación del
público, y la proyección de animaciones en dibujo a través de un video beam,
que hacían de la obra un bombardeo mediático de imágenes que la percepción de
cada espectador convertía en una sola. El
pretexto dramatúrgico de esta tercera obra fue la aparición de un punto sobre
un plano vírgen, metáfora del lienzo al que se enfrenta el pintor, y su
desarrollo constaba en como ese punto se independizaba del plano en el que
aparecía, convirtiéndose de un punto bidimensional hasta una esfera de tres
dimensiones la cual invadía el espacio del espectador como mero observador de
una representación.
Imágenes de la interacción entre la proyección de una animación en video y objetos en vivo durante “Independencia".
El
proceso de la tesis sembró en el grupo su visión desde las artes plásticas del
teatro de títeres, y ésta ha sido su brújula desde hace 6 años para la creación
de su trabajo artístico. Así, siendo
artista plástico de formación, y titiritero y payaso de vocación, podría decir
con firmeza que no reducimos lo plástico en el teatro de títeres a lo meramente
visual como es lo acostumbrado. No creo que la imagen se reduzca tampoco a la
experiencia material y tangible del espectáculo y por ello, no ha sido la
prioridad en el grupo la construcción y embellecimiento de los objetos para la
composición de las imágenes de nuestras obras. Es más, curiosamente el proceso del grupo ha
sido buscar el mínimo de elementos en la composición de las imágenes, buscando
potenciar su origen animista y por ende la relación entre animador y objeto
animado. Es la idea de relación-asociación la preocupación fundamental del
grupo…tal vez vicio dejado por el discurso del arte conceptual y envenenado por
el absurdo pensamiento social del movimiento dadá.
Damos
por ello mucha prioridad a la interacción con el público y la participación del
mismo en la obra. Eso tiene su razón de
ser. Nunca hemos pensado lo que hacemos desde el concepto de espectáculo. En
principio jugamos, nos divertimos, así comenzamos a presentarnos y ese es nuestro
real y genuino interés, tanto para nosotros como animadores como desde nosotros
hacia el público. Que estos juegos
premeditados son espectáculos, que lo juzgue el espectador. Nosotros queremos
pasar un rato alegre, donde critiquemos, pataleemos, gocemos, compartamos y
vivamos intensamente lo que somos, más allá del trance en el escenario. Si, gozar el absurdo de la vida, lo mínimo,
lo sencillo que trae de la mano lo difícil, lo que no entendemos y que sabemos
trasciende.
Esta
trascendencia compartida desde el desdoblamiento corpóreo, presente durante la
animación de objetos, es nuestro lenguaje, el cual se complementa en el diálogo
con el público, quien entra contagiado al trance del titiritero. Este, convertido Man Cha Man – o- Man Cha Man
–o- Man Cha Man –o-…se convierte en puente entre los diferentes mundos en
conversación: el objetual, el propio y el del espectador como individuo y como
público. Este acto, actitud e intención
de ritual, donde más que contar historias se pretende generar una ruptura de lo
establecido a través del juego con el espectador, y que por ello comprende
todos los aspectos plásticos, logísticos, técnicos, estéticos y sobre todo
humanos de los que participamos, podría considerarse el lenguaje vivo del
grupo.
Nuestra
ventaja es simplemente haber preparado el ritual, vivirlo permanentemente y
afortunadamente disfrutarlo cada vez más.
Agosto 2007
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