sábado, enero 10

Nadador del desierto

NADADOR DEL DESIERTO

Quisiera estar despierto.

Quisiera despertar de este sueño.

El sueño de estar dormido y con el cuerpo pesando

lo que piensa una ballena encallada en una playa desconocida,

foco de múltiples miradas extrañas.

Mirada perdida en el medio impropio,

destellos de luz fuera del agua que irradian

el sinsabor de millones de diminutos granos de arena.

Los mismos granitos de arena que se calientan con la luz del sol

y se enfrían lentamente con el movimiento de la luna.

Ese dormir cíclico que aún no me permite despertar

la voluntad de despertar.

Tendido en una cuerda de ropa húmeda,

columpiado por el viento de nuevas experiencias,

se mezcla mi humor a sal evaporada

con el humo de un fuego de velas y flores.

En el entierro nazco permanente

y vuelven a echar la tierra encima.

Asfixiado de polos contrapuestos, divergentes y contradictores

aprecio la capacidad de respirar agua

y sucumbo de nuevo a la playa,

donde el peso se hace más evidente

al intentar caminar por la arena hirviendo.

Quisiera ser anfibio.

Siendo del agua, del viento y de la tierra.

El fuego recogido en cántaros y cantares de voces

que apenas reconozco pero siempre he escuchado.

Desde mi infancia tararee la melodía de la muerte conciente.

Ella se mostraba, me reía, me tocaba y volvía a desaparecer

entre la humedad del rocío.

El rocío que me abandonó con la muerte

que hace mucho no me visita para quedarse en casa.

Ahora respiro polvo que sabe a ceniza

aunque el fuego intenta apagarse, las voces alejarse.

Quisiera estar dormido.

Quisiera dormir otro sueño.

El sueño vivo de estar despierto,

viajando la ruta del calor, la transición del remolino

y la época de apareamiento.

Pero aparece la playa con olas que por su ir y venir

confunden mi radar, mi dar y recibir.

Termino entre miradas que no se interesan por el estancamiento,

miento, no se interesan por nadar, por nada,

ni por la nada del desierto.

Respiro la arena de la madrugada,

respiro lento aunque esté la sangre al clima

y el corazón lata más fuerte, más rápido.

Duermo anfibio y despierto dormido mamífero,

camino entre ballenas atrapadas,

y a pesar de los intentos no las puedo levantar.

Confundo agua con viento, mar con tierra firme

y fundido en el éxtasis del desconocimiento,

nado en el desierto.

Hace tiempo despierto dormido sumergido,

capas de entierro dominan las corrientes.

Oasis pasivos recrean torbellinos, traficando somnífero,

difundiendo el cultivo de playas y domingos.

Quisiera estar despierto. Quisiera despertar de este sueño.

El sueño de estar lleno,

lleno de arena en los bolsillos y sal entre los dedos.

Intento salir del éxtasis morboso de estar completo.

Nada me acompaña, el vidrio de los ojos se empaña.

Veo sombras halagando el entierro vivo,

el paisaje se confunde entre un horizonte vertical

y el mar que cae cascada en un mundo plano.

En caída libre, el hogar se convierte reloj de arena.

Las ballenas mueren como la vigilia de éste sueño.

Sigo nadando en el desierto.

2 comentarios:

TíTeReS DeL TReBoL dijo...

espero verte en mi despertar hermano titiritero, no sé si siendo ballena pero en todo caso moviéndo mecanismo y animando el universo.
Buen viaje en este sueño de agarrar-patas y que el bichito pique a muchos por todas partes.
abrazos y bendiciones desde el trebol de luz.

TíTeReS DeL TReBoL dijo...

espero verte en mi despertar hermano titiritero, no sé si siendo ballena pero en todo caso moviéndo mecanismo y animando el universo.
Buen viaje en este sueño de agarrar-patas y que el bichito pique a muchos por todas partes.
abrazos y bendiciones desde el trebol de luz.